viernes, 25 de septiembre de 2009

La Defense - The City

Son los distritos financieros de París y Londres. Dos lugares realmente impresionantes, de mis favoritos en estas dos ciudades y en el mundo.

La Defense en París


The City de Londres




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jueves, 24 de septiembre de 2009

El último baile en Santiago

El concierto de Bruce Springsteen en Santiago de Compostela del pasado 2 de agosto ponía el punto y final a la parte europea de la gira Working on a Dream a la que he dedicado varias entradas en el blog. Este argumento tiene ya el suficiente peso como para convencernos a asistir a esta cita justo al día siguiente de la anterior en Valladolid incluso a sabiendas de que llegaríamos fuera del horario que nos permitiría acceder al pit y gozar de una buena situación.

Dedicaré sólo un párrafo a lo extramusical; sólo para decir que la organización del concierto fue un absoluto despropósito; el mayor caos que he visto en mi vida que podría haber terminado en tragedia. De ello se hicieron eco los medios de comunicación y miles de voces en la red. Yo mismo lo traté en su momento en otra entrada por lo que no le deciaré ahora más tiempo y pasaré a hablar de lo que fue el concierto en si.

Sobre este empezaré diciendo que depués de haber estado el día anterior en la primera fila en Valladolid la sensación de lejanía al estar en Santiago a mitad de auditorio fue desoladora; fue pasar de la noche al día y me costó acostumbrarme al hecho de no ver ningún detalle si no era por las pantallas. Por contra el sonido era excepcionalmente bueno, posiblemente el mejor que haya tenido nunca en un concierto al aire libre.

El concierto empezó, como viene siendo habitual, con una pieza popular del lugar interpretada al acordeón; en este caso sonó la archiconocida "A Rianxeira" a manos de Nils Lofgren. Tras este guiño, recibido con entusiasmo por el público, empezó el concierto de verdad cuyo setlist completo podéis consultar en la web oficial y que como veréis incluía un buen puñado de temas clásicos (Spirit in the night, Adam raised a Cain, Darkness on the edge of town), algún tema poco habitual del último disco (This life) y versiones de temas de otros artístas (Burning love, Born to be wild, Rocking all over the world).

Sin embargo para mi el momento más especial fue sin lugar a dudas cuando sonó otro de los grandes clásicos: Backstreets. Fue una versión impresionante, alargada al estilo de las que hacía en los 70 e interpretada de una forma que pone los pelos de punta.



El segundo momento especial vino con No surrender... ¡¡en versión acústica!!, no lo podía creer; siempre he querido escuchar este tema (y Born to run) en formato acústico y jamás imaginé que lo escucharía en esta gira. Además me encantó que fuera la apertura de los bises y que a continucaión sonara Land of hope and dreams para dar el contrapunto eléctrico y porque era una canción que estaba deseando volver a escuchar.



En resumidas cuentas fue un gran concierto, por el que mereció la pena el viaje y todas las penalidades que la organización -la falta de organización- nos hizo pasar. Como os decía con él se cerró la gira europea, fue el último baile en Europa... menos mal que este año también le veré en USA :-)

Enlaces de interés: Crónica de Pointblank Seguir leyendo...

lunes, 21 de septiembre de 2009

41 disparos en Valladolid

American Skin (41 shots) es una de esas canciones que desde hacía mucho tiempo deseaba escuchar en directo. Por ello cuando vi que Bruce la recuperaba para conciertos de esta gira crucé los dedos con la esperanza de que sonara en alguno de los que iba a ir... y mi deseo se cumplió en Valladolid donde tocó una versión absolutamente conmovedora.



Sin embargo el concierto de Valladolid fue, como supondréis, mucho más que una canción, por mucho que sólo con eso ya hubiera merecido la pena pagar la entrada. Así que dejadme que os cuente...

Para empezar os diré, aunque ya lo comenté en otro post, que en este concierto estuve en primera fila -no en las primeras sino en la primera- y que fue algo absolutamente increible. El estar justo detrás de la valla, sin ninguna persona delante, sin ningún obstaculo entre la banda y tu es una perspectiva totalmente diferente... y a mi juicio la mejor.

Tuve también la suerte de compartir el concierto -y hablo ahora de toda la jornada y también de la tarde/noche del anterior- con un buen puñado de amigos y también con amigos de amigos que iban a su primer concierto de Bruce. Los primeros aportan un claro valor añadido con su compañía y los segundos dan una perspectiva nueva que me encanta: ver como alguien vive "su primera vez" no tiene precio.

De la climatología y la cola no os cuento nada porque ya os lo reseñé en la otra entrada que os decía hace un momento así que pasemos directamente a lo musical... que no es poco.

El concierto arrancó con Roy al acordeón interpretando un pasodoble mientras el resto de la banda ocupaba su lugar. Lo de empezar con un guiño musical a la ciudad dónde toca no era nada nuevo pero en Valladolid nadie sabía muy bien cual podría ser la canción elegida así que fue un tema de conversación en las colas.

Después de esta introducción arrancó el concierto de verdad, esta vez con un poker de canciones de las de no dar tregua: Badlands, No Surrender, Night y Hungry Heart... ante tal derroche de energía dudo mucho que alguien pudiera permanecer sentado en su asiento, el público de Valladolid se entregó desde el principio, algo que según me dijeron no es nada sencillo.

Mi primer momento especial llegó un poco más tarde con la mejor versión que he visto nunca en directo del clásico Spirit in the night. Fue una interpretación realmente magistral, con Bruce y la banda al 100% y para colmo con el primero bajando de la pasarela a menos de un metro de dónde estabamos. Impagable.



El "momento peticiones", en el que tocan canciones que el público ha pedido mediante carteles que Bruce ha ido recogiendo al ritmo de Raise your hands, deparó dos auténticos desafíos: el primero uno propiamente dicho, "si tienes bolas toca Great balls of fire"; ni que decir tiene que hubo bolas y la versión del clásico de Jerry Lee Lewis fue realmente incendiaria.

El segundo desafío consistía un sobre gigante cerrado cuya petición estaba oculta y debía por tanto aceptar a ciegas. Del sobre salió Something in the night, una rareza que yo llevaba tiempo soñando con volver a escuchar y que hizo que mi vello se erizara y que mis ojos se humedecieran. Preciosa.



A partir de American Skin el concierto sufrió, a mi juicio, un cierto bajón y se transformó en un grandes éxitos. Soy consciente de que esta valoración es totalmente subjetiva y propia de alguien que ve bastantes conciertos en cada gira; me consta que el público ocasional -la mayoría- disfrutó el tramo final más que de ningún otro al tratarse de canciones muy conocidas y cañeras.

Sin embargo a mi esta transformación y el hecho de que durara "sólo" 2 horas y 45 minutos -supongo que porque al día siguiente tocaba en Santiago y había que descansar- me dejó una cierta sensación de que faltaba algo, de que no había terminado siendo el concierto tan redondo que prometía al principio... pero ojo, no os equivoquéis, fue un concierto muy bueno y el vivirlo en primera fila es algo inigualable.

Hasta aquí mi crónica; a continuación os dejo algunas otras interesantes: Si la tocas otra vez, Pointblank y Mercadeo Pop.
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domingo, 20 de septiembre de 2009

Santa Claus llega a Bilbao

En mayo de 2003 a mi amigo Jordi se le ocurrió la locura de acudir al concierto de Bruce en Barcelona con unos gorritos de Papá Noel y un cartel pidiendo que tocaran la canción Santa Claus is coming to town... un villancico que Bruce suele tocar cuando los conciertos son en fechas navideñas y que nunca antes había tocado en Europa.

No conseguimos que la canción sonara aquella noche y el sueño de mi amigo no se cumplió. Por eso cuando el pasado 26 de julio empezó a sonar el villancico en el concierto de Bilbao mi primer pensamiento fue para Jordi y para los que apoyamos su idea años atrás... como me hubiera gustado compartir el momento con ellos.

Pero que sonara un villancico en julio fue sólo la anécdota de la noche, la anécdota de un concierto realmente memorable, de los excepcionalmente buenos... lo importante no era sólo que Santa Claus hubiera pasado por San Mamés sino que lo había hecho cargado de grandes regalos como os dije vía twitter.

Regalos en forma de un excelente setlist que incluía un buen número de joyas e incluso algunas rarezas. Regalos en forma de una voz que, ese día si, sonó realmente gloriosa y de una banda al 110%. Regalos en forma de uno de los mejores conciertos de la gira, uno de los de enmarcar.

Ahhh, y un último regalo más, aunque este fue realmente el primero, otra anécdota: abrir el concierto con Nils Lofgren al acordeón tocando Desde Santurce a Bilbao. Este parece que es el que más gustó a los redactores de informativos a juzgar por el siguiente vídeo resumen de noticias...



Para terminar haré tambíen mención, no sin cierta vergüenza, a mi propia anécdota personal... estabamos cerca, en segunda fila en una de las plataformas laterlaes, así que cuando Bruce se acercó alargué el brazo y conseguí tocarle... si, lo se, me comporte como una groupie loca cualquiera, jajaja.

Os dejo unas cuantas crónicas interesantes del concierto: de Si la tocas otra vez, Pointblank y Rodeado de papel Seguir leyendo...

sábado, 19 de septiembre de 2009

Una chica de Jersey (en Viena)

Dice el refranero que lo prometido es deuda y yo prometí hace tiempo hablar algún día del concierto de Bruce en Viena. El refranero también dice que nunca es tarde si la dicha es buena así que intentaré que el post sea bueno y que así me perdonéis el haber tardado más de dos meses en escribirlo (algo que parece que se está convirtiendo en costumbre)

Del viajecito previo por Austria ya os hablé en esta otra entrada así que ahora voy a ir al grano y a hablaros directamente del concierto en si; un concierto que no fue de los buenos sino de los muy buenos...

Claro que eso era algo que yo ya intuía desde el primer momento. Desde que empezaron a sonar los acordes de Jackson Cage; precisamente la canción que me enganchó a la música de Bruce, esa que siempre defino como un disparo al corazón y que realmente para mi lo es. Desde ese preciso instante ya supe que aquella sería una de esas noches especilamente mágicas.

Bueno, para ser justos hay que matizar que Jackson Cage no fue la primera canción en sonar ya que primero tuvimos otra sorpresa en forma de intro al acordeón tocada por Nils Lofgren mientras el resto de la banda salía al escenario: El Danubio Azul... no podía ser de otra forma en Viena.



Al igual que la semana anterior en Londres, la voz de Bruce no estaba en condiciones óptimas, creo que tal vez estaría algo resfriado, sin embargo ahí acaban todas las similitudes entre un concierto y otro ya que si en aquel me quejaba de aspectos como la mala calidad del sonido o de que todas las canciones fueran un "grandes éxitos", en Viena no hubo nada así que reprochar.

El setlist no sólo fue muy bueno sino también poco previsible, algo que se valora mucho cuando se va a varios conciertos en la misma gira. Personalmente creo que, además de Jackson Cage, lo que más me gustó fue Darkness on the Edge of Town (siempre darkness) y el tramo central formado por Growing Up (una de mis debilidades), Rendezvous (que tenía muchas ganas de volver a escuchar), Proud Mary (el clásico de los Credence que nunca había escuchado) y 4th of July, Asbury Park (otra de mis debilidades).

Eso y, por supuesto, la auténtica sorpresa de la noche, la canción que da titulo al post, esa que nadie esperaba escuchar porque nunca antes había sonado en Europa, esa que yo soñaba con escuchar algún día en New Jersey... si, esa noche en Viena, sonó Jersey Girl, y eso es algo que no tiene precio como ya os dije vía twitter.

Pero hubo algo más hermoso aún: ver como así se cumplía el sueño de una persona. Porque estoy totalmente seguro de que la chica que llevaba escrito el título de la canción en aquella camiseta naranja que se quitó para entregar a Bruce, cumplió su sueño y por un momento tocó el cielo... se veía en su cara.

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domingo, 6 de septiembre de 2009

El hombre en el alambre

Man on Wire es una película documental que nos cuenta como el funambulista Philippe Petit caminó clandestinamente en 1974 sobre un cable tendido entre las torres gemelas del World Trade Center de Nueva York. Es una película que nos cuenta, por encima de todo, como un hombre encontró su sueño e hizo todo lo posible para hacerlo realidad.

La historia es increíble y la manera de contarla realmente prodigiosa; a ritmo de trhiller; mezclando imágenes reales de la época, testimonios actuales de los protagonistas y recreaciones con actores.

El óscar a mejor película documental me parece más que merecido. Os recomiendo que la veáis si aun no lo habéis hecho y para abrir boca aquí os dejo el trailer.

De propina, ya que hablamos de alambres, una canción que me encanta y que forma parte de la banda sonora de otra película que os recomiendo -en en este caso una comedia española- Fuera de carta.

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