domingo, 27 de julio de 2008

The last dance

Ya pasó. Habiamos estado esperando el momento durante meses, habiamos hecho planes para encuentros y viajes, estabamos tan impacientes como niños que esperan la noche de Reyes incapaces de pensar en algo distinto a los regalos... y ahora ya es pasado.

Precisamente a estas horas de hace justamente una semana esperabamos dentro del Nou Camp para nuestra cita final, el último de los cuatro encuentros. Estabamos satisfechos con los anteriores conciertos... nerviosos y espectantes ante posibles sorpresas.

También estabamos cansados por las pocas horas de sueño y las muchas horas de colas... pero sabiamos que esa sensación desaparecería en el preciso instante en que empezara a sonar la música de introducción, man on the flying trapeze, que anunciaría la salida de la banda. En ese preciso momento uno se olvida del cansancio, del calor, del precio de la entrada y de cualquier aspecto negativo... en ese preciso instante todo desaparece y todo ha merecido la pena.

No voy a hacer crónica de cada uno de los conciertos, de eso se han encargado muy bien otros blogs que no es la primera vez que cito aquí: Si la tocas otra vez, Mercadeo pop y El almacén del rock. Yo sólo quiero plasmar mi impresión general sobre la gira y sobre lo que ha significado para mi... quiero contar como la he vivido yo...

Y la definición es: intensamente. He tratado de vivir cada uno de estos cuatro conciertos como si fuera el último de mi vida... he tratado de verlo y escucharlo todo, he tratado de no perderme nada, he tratado de quedarme con todo, de sacar todo el jugo... como si fuera la última cita, el último baile...

Pq es muy posible que lo sea. Es muy posible que el de hace una semana fuera mi último concierto de Bruce Springsteen & the E Street Band... seguramente después vendrán otras cosas, pero ya no serán lo mismo... y nosotros tampoco seremos los mismos.

De ahí esa necesidad de vivirlo a tope... creo que la misma que tenían Bruce y la banda... creo que eso ha hecho, para todos, que esta gira fuera más intensa aun.

Los conciertos en si mismos han sido muy buenos pero no han sido especiales... no han sido los mejores de mi vida. Primero pq un estadio de futbol no es el mejor sitio para celebrar un concierto de rock y segundo pq en la elección de los temas se ha pensado más en satisfaccer a la gran masa que a los fans... algo que por otro lado es totalmente comprensible ya que Bruce debe pensar en todos y no sólo en los que vamos a más de un concierto y conocemos todos los pormenores de las giras gracias a internet.

Tampoco ha ayudado demasiado a la selección de temas la reincorporación de Patti a estos conciertos. Este hecho ha obligado a dar un protagonismo a los temas de Tunnel of Love en detrimento de los clásicos que había tocado en conciertos anteriores. Que nadie me malinterprete; me ha encantado escuchar Brillant Disguise y Tougher than the rest pero hubiera preferido escuchar Pointblank o Drive all Night... o haber escuchado los cuatro temas en lugar de dos veces cada uno de los dos primeros.

Pero estas son consideraciones puramente teóricas y sin sentido ya que nunca podremos saber si con otro setlist hubiera disfrutado más o menos y si tal o cual canción hubiera hecho especial el concierto. No quiero pensar en lo pudiera haber sido sino que me quedo con lo que he vivido: 12 horas de rock en estado puro, 53 temas diferentes, el Incident on 57th Street con banda y otros de mis favoritos... y esa entrega de Bruce y la banda que no tiene comparación con ningún otro espectáculo.

Lo único negativo es, como decía al principio, que es pasado... y que posiblemente haya sido the last dance... pero al menos siempre nos quedarán los recuerdos...

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